Especialistas en finanzas -como Christian Silbergleit, por ejemplo- serán los mejores maestros que tus hijos y tú puedan tener. Y es que, en la escuela de la vida, controlar tus finanzas es un asunto que no puedes descuidar. Sobre todo si están inmersos en un mercado tan cambiante como el de hoy en día.

Pues, los avances tecnológicos y el rápido desarrollo de las sociedades mundiales están constantemente empujándote al territorio del consumismo. Donde, valga acotar, si no tienes consolidados hábitos de ahorro –punto desarrollado líneas abajo-, te verás anotado en una extensa lista de cuentas por pagar.

Y es que con esto no se te quiere decir que evites las compras. Al contrario, dentro de los países con economías sólidas, los ciudadanos tienen la libertad de comprar lo que deseen. Pero allí es donde está el punto clave: Determina qué es lo que realmente necesitas, para no golpear, sin necesidad, a tu presupuesto.

1. Desde pequeños, háblales a tus niños de las finanzas para que se familiaricen con el tema

Todos saben que existen instituciones dedicadas a impartir la educación. Pero, y así lo señalan quienes estudian la materia, es importante que no se les otorgue toda la responsabilidad de la enseñanza a las mismas. Pues, el aprendizaje de los niños viene dado gracias a las experiencias que generan en todos sus entornos.

Esto significa que también es tu responsabilidad que los más jóvenes adquieran conocimientos relacionados con ciertos temas. Ya que, el hogar  es un escenario donde los valores deben ser reforzados por los seres más cercanos.

Así que es muy importante que entables conversaciones relacionadas con las finanzas. Claro, haz que sean sencillas y entendibles para ellos. También puedes asignar tareas nada difíciles; como mandarlos a comprar el pan, para que luego verifiquen el vuelto. De esta forma avanzarás en la creación de buenos hábitos.

2. Invítalos a guardar sus monedas en el “cochinito”

Es recomendable introducirlos en diálogos relacionados con el dinero; y exponerles todo lo referente al ahorro. De esta manera, comprenderán el provecho que a ello, seguramente, podrán sacarle en un futuro.

Esto puedes hacerlo con elementos que les sean muy cercanos, como las transacciones necesarias para el pago de la electricidad o el internet. Además, puedes sustentar tus explicaciones con algunas facturas, sencillas por supuesto.

Será significativo que, mientras estés realizando todo esto, logres hacerles entender a los niños que no hay por qué tenerle miedo al dinero. En gran medida, porque es un elemento que no les traerá felicidad; sino beneficios, siempre que lo manejen de forma correcta.

3. ¡A estudiar matemáticas!

Es evidente que para entender de finanzas es necesario saber un poco de matemáticas. ¡Pero no te espantes! No tienes que plantear problemas complejos. La meta es que comiencen a comprender los conceptos básicos desde este momento; para que, así, puedan desarrollarlos más adelante.

Basta con sumas, restas, multiplicaciones y divisiones: Operaciones que los capaciten y preparen para afrontar ejercicios más complejos, relacionados con el manejo de la economía.

 

4. Acércalos a la realidad

Es fundamental vivir en constante contacto con la realidad. Por esto, explícales hechos trascendentales, como la evolución del trueque al sistema monetario que conoces hoy. De esta forma los preparas y, en simultáneo, los sensibilizas.

Al tiempo que van creciendo como individuos críticos, conscientes de lo que sucede a su alrededor. Puede parecer un proceso de crianza nada práctico; pero atrévete a sembrar hoy los éxitos que se cultivarán mañana.

5. Da el ejemplo

Como ya fue planteado anteriormente, tu participación es indispensable para el correcto desarrollo y aprendizaje de los niños. Así que dales un buen ejemplo para fomentar los comportamientos positivos que deseas inculcar en su vida cotidiana.

Debes estar siempre preparado para ayudarlos con paciencia. Es claro que en algunos momentos será arduo, pero manejar la frustración en estos casos es clave. De igual manera, deberías controlar tu dinero de la misma forma como deseas que ellos lo hagan.

6. Jugando se aprende mejor

Este consejo es, francamente, infalible. Y es que los infantes de hoy en día manejan, de manera impresionante, los dispositivos inteligentes. Por lo que descargarles aplicaciones como “la inflación en tu vida”, desarrollada por el Banco Central de Chile, será fructífero para ellos.

Aunque, la empresa de seguros española Santa Lucía ofrece “Mi dinero y yo”, donde a través de cuentos se difunden términos como gastos, ofertas y demandas.

“Finanpolis”, “Cómic, ¡queremos tener una banda!”, “Banco de juegos” y “El dinero mientras creces” son opciones que, en cambio, pueden jugar en online. Aunque si de tradición se tratase, “Monopoly”, “EconómicaMente” y “Granjeros” son alternativas que siempre les gustan a los más pequeños.

Los grandes profesionales se forman partiendo de pequeños detalles

Todo, absolutamente todo, lo que tus niños aprehendan durante sus primeros años de vida formará, y está científicamente demostrado, parte de su perfil personal; incluso, años después, -por extensión- definirá parte de su desenvolvimiento dentro del campo laboral.

Es más, en la medida que todas estas vivencias hayan sido poco traumáticas, las replicarán con sus hijos, y con sus nietos. En un abrir y cerrar de ojos, toda una generación de personajes exitosos será parte de un sistema que bastante bien remunerará sus habilidades y conocimientos.

No esperes más y ábreles las puertas al infinito mundo del saber. Cuando logres adentrarte en él, ¡anímate e invita al resto de tu familia!

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